Alejandra Calderone

¿Cómo garantizan en Equifax la aplicación de la tecnología más avanzada y las mejores prácticas, en un ámbito dinámico como es el tecnológico? 

Una de las claves es formar a nuestros equipos y mantenerlos actualizados en las nuevas plataformas y lenguajes que están en el mercado. Desarrollamos cursos, trabajamos con universidades, y también fomentamos una cultura de aprendizaje con otros equipos para compartir las mejores prácticas en base a la experiencia de cada uno. Los perfiles tecnológicos son muy dinámicos, por eso es fundamental adoptar un enfoque que le ofrezca a las personas la posibilidad de aprender en Equifax lo que se viene en el mercado. 

¿Qué es lo más desafiante en un proceso de transformación digital para una compañía como Equifax?

Lo más desafiante es transformar la mentalidad de las personas que trabajan en la empresa, cambiar el mindset. El primer gran reto fue, desde mi lugar como líder, abrazar el proceso, entender que realmente estábamos haciendo algo transformador. Luego, el desafío que siguió a eso fue evangelizar, ayudar a las personas a que lo entiendan como una transformación y que cambien un poco su forma de pensar y su mentalidad con respecto a los procesos como venían pasando, algo que implicaba repensar la forma de hacer las cosas con un enfoque nuevo y más adecuado a las nuevas tecnologías. La parte tecnológica también es todo un desafío, pero si está ese cambio de chip en quienes hacemos las cosas, la transformación viene sola. Eso para mi es lo más desafiante de todo, la transformación de las personas, de las mentalidades y de los procesos arraigados.

¿Cuál es tu enfoque para asegurar que los equipos de desarrollo se mantengan alineados con los objetivos estratégicos de la empresa durante la ejecución de proyectos de transformación digital? 

El enfoque es incorporar las nuevas tecnologías y metodologías cuanto antes y empezar a transformar sobre la marcha diaria de la operación, no tener miedo de escribir sobre lo nuevo lo antes posible. Es clave comenzar a trabajar con los nuevos procesos para incorporarlos rápidamente al día a día y empezar a aplicarlos a los objetivos, aunque estén aún en proceso de construcción. Lo importante es no generar deuda técnica que después haya que traspasar a la transformación, sino empezar a operar cuanto antes en las nuevas tecnologías y plataformas. La premisa es empezar a empujar la nueva maquinaria para que se empiece a mover. Porque si durante el proceso de transformación se continúa alimentando o sosteniendo en paralelo el modelo anterior, lo que se termina generando es una carga de tiempo extra para lograr completar la transformación.