El phishing es un delito informático en el que los atacantes adoptan falsamente la identidad de un remitente legítimo para atraer a las víctimas a proporcionar información confidencial, como contraseñas, usuarios y datos bancarios. El contacto puede realizarse por diferentes medios, lo que distingue los tipos de phishing según el canal de comunicación.

Smishing: es cuando se produce el contacto a través de un mensaje de texto, puede ser mediante SMS o por WhatsApp. 

Vishing: se produce mediante una llamada telefónica que busca engañar al receptor. 

Quishing: es un tipo de estafa que busca dirigir a las víctimas hacia sitios fraudulentos, donde se pide que ingrese información personal o descargas de malware. 

Otras técnicas de phishing incluyen la falsificación de sitios web y las ventanas emergentes. En el primer caso, un sitio web malicioso se hace pasar por uno auténtico para que los visitantes compartan allí su información confidencial, como por ejemplo detalles de cuentas, contraseñas y números de tarjetas. En el caso de las ventanas emergentes, el ataque consiste en la aparición de un mensaje repentino mientras el usuario navega en el sitio. Este mensaje suele indicar, por ejemplo, la necesidad de contactarse con soporte por una falla de la página web, o bien solicitar a la persona que vuelva a ingresar su nombre de usuario y contraseña sin motivo alguno. 

Mantener la calma para proceder correctamente ante este tipo de imprevistos es fundamental, y estar alerta a estas situaciones es la mejor manera de prevenirse.